Cuatro factores que determinan la fuerza de un jugador

Nelson

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“El Ajedrez es una guerra en un tablero. El objetivo es aplastar la mente del oponente” (Bobby Fischer)
Mucho se ha escrito relacionado con el tema de las condi­ciones, cualidades o simplemente factores que mayormente influyen en la fuerza de juego de un ajedrecista; varios son los criterios al respecto, aunque la mayoría de los especia­listas coinciden en que el nivel de juego está vinculado estrechamente al menos, a cuatro factores fundamentales.

Brevemente haremos un bosquejo de cada uno de los factores:
I.- Talento específico para jugar Ajedrez
Puedo adivinar en un momento lo que se oculta detrás de las posiciones y que es lo que puede ocurrir o lo que va a ocurrir. Otros maestros tienen que hacer análisis para obtener algunos resultados, mientras a mí me bastan unos instantes”. (J. R. Capablanca)

. El Ajedrez fue la lengua materna de Capablanca. (R. Reti)
El talento específico para jugar Ajedrez consiste en la capacidad del ajedrecista para eva­luar con rapidez y precisión cualquier tipo de posición, así como la facilidad para calcular con exactitud y veracidad las múltiples posibilidades que se presentan en una determinada situación de la partida. Para ello, el ajedrecista debe estar facultado de una excelente memoria, un gran sentido del espacio, una acertada capacidad de síntesis y un aceptable nivel de razonamiento lógico.

La interrelación de estos factores es fundamental para poder afirmar que el jugador tiene un talento específico para jugar Ajedrez, ya que no sería suficiente que sobresaliera en alguna de estas cualidades si carece de otras, o a su vez, que una de ellas sobresaliera en detrimento de las demás.

Un ejemplo fehaciente que demuestraque una persona tiene un talento específico para jugar Ajedrez lo constituye la famosa anécdota sobre José R. Capablanca en un Club de Nueva York; se dice que varios jugadores de buen nivel estaban estudiando una posición y después de extensos análisis llegaron a la con­clusión de que la mejor jugada era con un alfil. A continua­ción fueron a pedirle a Capablanca, que estaba en otra parte del Club jugando bridge, su criterio acerca de la posición en cuestión; El cubano se trasladó para el otro recinto, se paró frente al tablero y al cabo de unos segundos jugó un caballo. Entonces los maestros presentes volvieron a sus análisis para terminar concluyendo que efectivamente la mejor jugada era con el caballo.
II.- El carácter

“Si juego con blancas yo gano porque tengo el primer movimiento. Cuando juego con negras, también, porque soy Boguljubow” (GM Efim Boguljubow, Clásico del Ajedrez)

Esto significa no sólo poseer el carácter deportivo que frecuen­temente se interpreta como voluntad de vencer, perseve­rancia y astucia deportiva. Comprende además y en un orden muy importante, el dominio que tiene el ajedrecista para controlarse a sí mismo, ya sea cuando está frente al tablero o fuera de la competencia; si se acuesta temprano o si tras­nocha; o bien si se dedica a prepararse físicamente o se distrae en asuntos de poca importancia; si fomenta costumbres y actitudes responsables y educativas o por el contrario es desorganizado e irresponsable en su proceder.

Se puede agregar en esta segunda cualidad, que el ajedrecista debe poseer un carácter crítico con respecto a su actividad creadora, por lo que en determinadas situaciones de su vida ajedrecística debe darle más importancia al aspecto creativo que a los propios resultados deportivos.

Todos los elementos enunciados en el segundo factor están condicionados en gran medida a la óptica con que el ajedre­cista mire al Ajedrez, si éste ocupa un puesto de primer orden en su vida o simplemente lo considera como una diver­sión, un entretenimiento o un medio de esparcimiento.
Ejemplo de esta importante cualidad lo constituye el enfoque que Mijail Botvinnik le daba a su vida de ajedrecista. Es conocido por todos, el nivel de responsabilidad y seriedad con que afrontaba su preparación antes y durante determinado evento, para lo cual estableció Metodologías de entrenamiento que han servido de modelo a varias generaciones de ajedrecis­tas en todo el mundo.

Los resultados logrados por Botvinnik en su vida deportiva no son solamente derivados de su talento sino también pro­ducto de comprender la importancia del factor carácter para llegar a planos estelares en el Juego Ciencia, así como de su entrega total al Ajedrez, al que le brindó en toda su vida.
III.- El estado de salud

“El estómago es una parte esencial del maestro de Ajedrez” (GM Bent Larsen)

Aunque el Ajedrez es una disciplina intelectual, exige un intenso esfuerzo físico. Varias horas sin interrupción permanecen los ajedrecistas frente al tablero; y esto, día tras día durante el tiempo que dure el certamen. Es evidente que resultaría imposible soportar semejante situación sin la debida preparación física y sin seguir un estricto régimen de entrenamiento físico y sicológico. Es imprescindible estar con la mente fresca para la partida, sin muestras de cansancio o de sueño. Además, es necesario mantener, por lo menos durante la competición, una correcta alimentación, la cual debe ser balanceada y acorde con los requerimientos proteicos y energéticos que conlleva el es­fuerzo realizado.

A modo de ejemplo en este tercer aspecto se puede mencionar que durante el match por el Campeonato del Mundo, disputado por el ruso‑francés Alexander Alekhine y el holandés Max Euwe en 1935, éste último, que ganó el título, se entrenaba dia­riamente en una sala de boxeo e incluso peleaba con sus compañeros de entrenamiento para mantener un excelente estado de salud.
IV.- La preparación especial antes de la competencia
Quien desee llegar a ser un gran jugador deberá perfeccionarse en el campo del análisis. (Mijail Botvinnik, exCampeón Mundial y Padre de la Escuela Soviética de Ajedrez”.
Botvinnik y sus extraordinarios discípulos

Este factor consiste en la preparación técnica del ajedrecista antes de determinado evento, pero enfocando el mismo con carácter científico, para lo cual se debe trabajar con ener­gía y sobre todo con espíritu de investigación, no dejándose llevar por la rutina y el facilismo.

Este  trabajo especial debe abarcar todos los ámbitos de la actividad creadora del Ajedrez: el estudio de la teoría de las Aperturas y de los Finales, el análisis exhaustivo de las posiciones del Medio juego derivadas del empleo de los siste­mas preferidos, así como la ejercitación de la imaginación mediante el estudio de diferentes temas de combi­nación.

Al estudiar la teoría de las Aperturas es importante tener presente que la búsqueda de nuevas variantes constituye un elemento primordial en la preparación del ajedrecista, por lo que nunca se debe abandonar el espíritu investigativo, aunque estime que en determinada posición se llegó hasta el análisis final y que la misma no reporta nada más. Importante es, no confiar ciegamente en los análisis finales que nos brindan las computadoras.

Como ejemplos, en este cuarto factor se pudieran mencionar a muchos jugadores, entre ellos el norteamericano Robert Fis­cher, o a Garry Kasparov; sin embar­go, estimo que un ejemplo digno lo constituye Mijail Bot­vinnik, que siempre que participaba en un evento, su juego era resultado de una paciente labor investigativa. La Defensa Francesa, la Holandesa, la Ninzo‑India o la Caro Kan, entre otras, siempre quedaban marcadas por las huellas de su creatividad.

A modo de resumen se puede afirmar que cualquier ajedrecista que tenga en su haber los cuatro factores enunciados anteriormente, puede considerar de hecho, que obtendrá sin lugar a dudas, exitosos resultados en el mundo del Ajedrez.

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