Cuidemos nuestro Ajedrez!!

Nelson Pinal Borges

Excepteur sint ocaecat cupidas proident sunt culpa quid officia desers mollit sed.

«Alguna vez los hombres tuvieron que ser semi-dioses; si no, no hubieran inventado el Ajedrez». Dr. Alexander Alekhine, ex-Campeón Mundial —-

 

Desde su surgimiento hace más de tres siglos hasta nuestros días, el Ajedrez es uno solo; desde que al final de la Edad Media recibió su denominación actual, hasta comienzos del siglo XXI, el Ajedrez ha sido el mismo; No obstante las variaciones en sus leyes, figuras y reglamentos, el Ajedrez ha seguido siendo único para regocijo de sus amantes.

El Ajedrez tiene una sola Historia; se  practica  en el Norte y en el Sur, en  el cosmos, en la Siberia  lejana y en el pobre Haití. Es  el  Ajedrez solemne  del Torneo de Linares y  el  que jugamos de hobby en un avión, en un parque o en una hermosa playa caribeña.
Simultánea en la India con 20,480 participantes
Es el que jugó Alejandro Magno en Macedonia y Napoleón en Santa Elena. El de los escritores W. Shakespeare, J. W. Goethe y L. Tolstoi; el que tuvo entre sus aficionados al Papa León XIII y a Juan Pablo Segundo.
Es el Ajedrez musical de F. Mendelssohn, S. Prokofiev y R. Schumann; de científicos como A. Einstein y J. R Oppenheimer; o de políticos como A. Lincoln, M. Robespierre y Vladimir Putin.
Madame de Remusat y Napoleón Bonaparte
Es el mismo Ajedrez que reconoció a Steinitz como primer Campeón Mundial oficial, el que nos legó a Lasker como el gran luchador dentro del tablero, al talentoso Capablanca, al artista Alekhine y al extraordinario Botvinnik; es el Ajedrez que permitió las combinaciones de Thal, la solidez de Petrosian y la caballerosidad de Spasski. Es el Ajedrez que se engalana con las partidas de Fischer, Karpov, Anand y Carlsen y que llevó a su cúspide al insuperable Kasparov.
     François-André Danican, apodado Philidor 1726 – 1795
Destacado músico y ajedrecista francés
Los peones son el alma del Ajedrez

 

Es el mismo Ajedrez de los españoles Alfonso X el Sabio, Lucena y Ruy López de Segura; el del Greco el Calabrés, el árabe Stamma, el francés Philidor y del norteamericano Morphy, todos precursores del Ajedrez en diferentes épocas y dignos representantes terrenales de la Diosa Caissa.

La Diosa del Ajedrez
Es el Ajedrez que motivó a Capablanca a los 4 años de edad, el que practicaba Smislov a los 84 o el que destacó al Korchnoi anciano. Es el mismo Ajedrez que ha visto transcurrir docenas de generaciones de Maestros distinguidos, aficionados apasionados y directivos entusiastas y capaces de haber elevado al Noble Juego a la inmortalidad.
Capablanca padre e hijo

 

El Ajedrez es uno solo, con muchos más dones que pecados, con una deslumbrante luz que cautiva a católicos y musulmanes, budistas, confucionistas y taoístas, hinduístas y yorubas; Es el Ajedrez de los ricos y poderosos, el de los miserables desclasados, en fin, el que practican millones de habitantes en la Aldea Global llamada Planeta Tierra.

El Planeta Tierra insertado en el Ajedrez
o el Ajedrez insertado en el Planeta Tierra?
Es el Ajedrez que admiramos cuando conocemos sus aportes al desarrollo deportivo y cultural de la Humanidad, cuando vemos su contribución a la formación integral del Ser Humano y a la Sociedad. Aplaudimos cuando comprendemos que entre sus próximas encomiendas es consolidarse como un paradigma para la investigación científica sobre estrategias de interacción y búsqueda de la toma de decisiones óptimas y en el manejo de variables para alcanzar las mejores opciones en diferentes ramas de la Economía. Es el Noble Juego que apreciamos en la actualidad como herramienta para combatir la posible aparición del Alzheimer.
G. Kasparov de Campeón Mundial
a destacado político de Rusia
Celebramos cuando apreciamos la creciente importancia que ha tomado el Juego Ciencia en la vida moderna, cada vez más inter-relacionado con el desarrollo tecnológico actual. Vemos como se multiplica su esfera de influencia en la Educación, la Pedagogía, la Cultura, la Cibernética, la Psicología, en la Economía y la Política. Su prestigio e importancia crece por día entre profesionales y políticos, artistas y gente común, entre altos ejecutivos, escolares y personas de condición económica humilde.
 El Ajedrez contribuye a tomar mejores decisiones

 

Nos alegramos cuando distinguimos una actividad ajedrecística donde participan 13,000 personas a la vez –Simultánea de Ajedrez en Santa Clara, Cuba/2004-, o cuando vemos la Ciudad del Ajedrez en Dubai; nos admiramos al ver a Kasparov enfrentarse a super-computadoras, o la solidaridad mostrada por el mundo del Ajedrez ante los incidentes relacionados con Bobby Fischer en Japón. Asimismo, cuando constatamos la potencialidad de los ex-niños prodigios y Grandes Maestros S. Karjakin y M. Carlsen (actual Campeón Mundial) o conocemos la estupenda carrera ajedrecística de las hermanas Polgar, por sólo mencionar algunos hechos importantes que engrandecen y realzan al Noble Juego.

Sin embargo, por ser el Ajedrez el mismo, uno solo, que no pertenece a nadie en particular, que es de todos los que lo practican dignamente en Moscú, Buenos Aires, Luanda o Madrid, es que debemos cuidarlo para evitar que en su nombre se realicen acciones que le resten importancia, prestigio y nobleza en cualquier parte del mundo.
  • Debemos cuidarlo de las Federaciones que creen ser su dueño y tratan de limitarlo dentro de absurdas fronteras, sin darse cuenta que eso constituye una tarea mediocre que lo aísla de una Civilización que ha reconocido su universalidad.
  • Debemos cuidarlo de los Federativos oportunistas y demagogos que se sirven del Noble Juego para su provecho personal.
  • Debemos cuidarlo de las Federaciones que actúan como partidos políticos utilizando el clientelismo en las campañas electorales arriesgando resultados deportivos por conseguir unos votos y así mantener su cuota de poder.
  • Debemos cuidarlo de los Directivos que priorizan las simpatías, el favoritismo y el grupismo a los principios y conceptos puramente ajedrecísticos y utilizan el cargo para repartir dádivas, posiciones, y privilegios.
  • Debemos cuidarlo de las Directivas compuestas por busca votos, que son ajedrecistas sin criterios técnicos, trayectoria, ni los conocimientos necesarios para poder desarrollar un trabajo eficaz al frente del Ajedrez de cualquier país.
  • Debemos cuidarlo de los Federativos que solo aceptan halagos y no son receptivos al menor señalamiento crítico que pueda empañar su supuesta gran labor.
  • Debemos cuidarlo de los lambochess, que son soldados fundamentalistas dispuestos a reprimir por cualquier vía a quien se atreva emitir una opinión que no sea agradable a his untouchable federation and his protector.
  • Debemos cuidarlo de los Árbitros corruptos que a la vista de todos toman decisiones parcializadas y deshonestas acorde a sus intereses particulares o de sus jugadores preferidos.
  • Debemos cuidarlo de los dirigentes que utilizan el cargo para desarrollar negocios particulares.
  • Debemos cuidarlo de los instructores y pseudo entrenadores sin alumnos ni discípulos que sólo son unos mercaderes del Ajedrez y que pretenden enseñar lo que no saben.
  • Debemos cuidarlo de las Federaciones alejadas de los Reglamentos del Ajedrez actual.
  • Debemos cuidarlo de los organizadores de Torneos fantasmas que buscan favorecer a determinados jugadores.
  • Debemos cuidarlo de los periodistas, que en lugar de escribir seriamente, desinforman al lector con manipulaciones y falsedades alejadas de la realidad.
  • Debemos cuidarlo de los jugadores tramposos que utilizan tretas para conseguir una victoria.
  • Debemos cuidarlo de los religiosos radicales que lanzan furibundos ataques contra el Ajedrez.

Por suerte para sus adeptos en cualquier rincón del mundo, el Ajedrez es una actividad que brilla con luz propia y deja en la sombra a los personajillos que temporalmente le ocasionan daño y que el mismo, cuidado por la gran mayoría de sus fieles seguidores, seguirá su rumbo al futuro como una maravillosa creación del ingenio humano con virtudes tan innumerables como los granos de arena de un desierto.

 
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De medición, resultados deportivos y costos
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El Critero Técnico
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