Capablanca vs Grau: empate entre caballeros. La anécdota.
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El 10 se septiembre de 1939 durante la novena ronda de la Olimpíada Mundial de Buenos Aires se enfrentaron los equipos de Cuba y Argentina y en el primer tablero del match rivalizaron el ex Campeón Mundial José Raúl Capablanca y el Maestro Roberto Grau.
Ambos jugadores eran amigos y guardaban una estrecha amistad. Capablanca era la figura estelar de ese evento y tal como publicó El Gráfico el 15 de septiembre de 1939, el espectáculo era Capablanca, no obstante la presencia del Campeón Mundial A. Alekhine y otros excelentes jugadores como P. Keres, E. Eliskases, M. Najdorf, V. Mikenas, S. Tartakower y V. Petrov.
Es de destacar que Roberto Grau sirvió de analista de Alekhine en el match con Capablanca en Buenos Aires 1927. La calidad de Grau como jugador sobresale en sus victorias contra M. Euwe en París 1924, E. Colle en San Remo 1930 y contra R. Fine en Varsovia 1935, donde entabló con Alekhine. En Buenos Aires-1939, dividió el punto, además de Capablanca, con el GM Paul Keres que representaba a Estonia.
Por demás, Grau fue fundador de la Federación Argentina de Ajedrez y parte del Comité Organizador la Olimpíada de 1939. Como se desprende de su brillante trayectoria, Roberto Grau más que un gran jugador y excelente escritor, fue un activo propulsor del desarrollo del Ajedrez no sólo en su patria, sino también de Suramérica.
Sobre la partida de referencia sucede que Capablanca con piezas blancas adquirió ventaja suficiente para ganar sobre la jugada 40 y el mismo escribió en el periódico Crítica, que “su posición era fácil de ganar”. La partida se selló en la jugada 40 como establecía el reglamento del certamen. Al reanudarse la misma, en la jugada 42 Capablanca realizó el movimiento 42.Dd8 y dijo “jaque”; sin embargo, el jaque realmente era con 42.Dd7. En ese momento, el Maestro Grau le dice “Dónde es el jaque Capita?”. El cubano rectifica y le dice “oh, es en d7, lo siento”. Y Grau gentilmente no puso objeción alguna y dijo “ok, ok”, en un gesto que lo engrandece como jugador y más en una posición perdida.
Si la jugada 42 hubiera sido Dd8, el Maestro argentino podría haberse defendido en la posición y lograr las tablas. Pero con 42.Dd7 jaque, Capablanca aumentó su ventaja material. Unas jugadas más tarde, ante el inminente triunfo, Capablanca le ofreció tablas a Grau, en reciprocidad con el argentino que con gran espíritu deportivo insistió en que el cubano hiciera otra movida en la jugada 42. Un buen empate entre caballeros!!.
Cabe señalar que en la excelsa capital argentina, Capablanca logró una gran actuación y se puede considerar que fue el gran epílogo a su brillante carrera ajedrecística; ganó 7 partidas y entabló 9, sin conocer la derrota, lo que le valió conquistar la medalla de oro por el mejor resultado individual en el primer tablero con un porcentaje por encima de jugadores de la talla de A. Alekhine, P. Keres, V. Mikenas, G. Stahlberg, X. Tartakower y V. Petrov, entre otros. En realidad Capablanca aportó más, pues en total logró 11,5 unidades, solo que la primera fase no fue contabilizada.
Fuente consultada: José Raúl Capablanca, A Chess Biography – Miguel A. Sánchez / 2015
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