Recordando a Guillermito a 30 años de su muerte

Nelson

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GM Guillermo García González
 
«La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida; truécase en polvo el cráneo pensador; pero viven perpetuamente y fructifican los pensamientos que en el se elaboraron»
 
Con este pensamiento del apóstol de la Independencia de Cuba, José Martí, comenzaron las palabras de despedida de duelo que pronunció el entonces Presidente de la Federación Cubana de Ajedrez, MI José de Jesús Hernández (fallecido en Chile en el año 2010) ante la tumba de Guillermito el día 27 de octubre de 1990 en el Cementerio de Santa Clara, su ciudad natal. Parecía mentira que estábamos presentes ante el adiós definitivo al Guille. Había sorpresa y confusión. Abundaba el llanto y la incertidumbre. Pero la realidad era cierta y nos tocaba profundamente a los que aún no queríamos creer el triste e inesperado suceso.
La mañana del día anterior nos despertamos con la noticia de su trágica muerte. La Televisión Cubana y Radio Rebelde la repitieron varias veces: el Gran Maestro de Ajedrez, Guillermo García González, había fallecido en la madrugada víctima de un accidente automovilístico en las Ocho Vías cerca de San Nicolás de Bari. Se trasladaba desde la Capital cubana hacia Santa Clara. Así dejaba de existir para el Ajedrez cubano un talento excepcional, quizás el más grandioso desde la época del genial José Raúl Capablanca.
 
Representante por excelencia de la nueva y pujante Generación de ajedrecistas cubanos que dejaba atrás a una vieja y aguerrida Guardia encabezada por Eleazar Jiménez, Juan González, Eldis Cobo, Rogelio Ortega, Francisco Planas, Gilberto García, Carlos Calero y Jesús Rodríguez, Guillermito, fue el primer jugador cubano que después de 1959, obtuvo resultados brillantes en el escenario ajedrecístico mundial y elevó el Ajedrez nacional a los planos superiores que no se lograban desde la época de Capablanca.
 
Ganador del Torneo Internacional Carlos M. de Céspedes – 1980
Junto a los Grandes Maestros Reynaldo Vera y Jesús Nogueiras
 
Jugador emprendedor con un alto criterio del juego posicional y excelente finalista, fue un rival respetado por los mejores jugadores del mundo entre los años 1975 y 1990. Como detalle de interés vale destacar sus dos tablas con el ex-campeón mundial Gari Kasparov.
 
Guillermito nació el 9 de diciembre de 1953; comenzó a jugar a los seis años de edad y se destacó desde muy joven. Sólo basta recordar que ya en 1969, con apenas 16 años derrotó al GM argentino Oscar Panno en el Torneo Capablanca in memoriam. Fue Campeón Juvenil de Cuba en 1971 con resultado perfecto de 11/11. Campeón de Cuba en tres ocasiones, con 21 años obtuvo su primera norma de GM en Las Palmas, España, en 1974, completando el título en Orense dos años después.
 
Descolló en los Torneos de Zurich, Plovdiv, Caracas, Orense, Ciudad de México, Medellín, Maspalomas, Portugalette, Pontevedra y Nueva York 1988, donde obtuvo el segundo lugar en el Open celebrado en homenaje al Centenario de Capablanca y en cual jugó para un perfomance de 2709 puntos. Su espectacular comienzo en el fortísimo Interzonal de Moscú de 1982 con 5.5 de 6 posibles constituyó la gran noticia del Ajedrez mundial del momento. Asimismo, venció en innumerables Torneos en Cuba, destacándose como el primer criollo que ganó un grupo Premier del Capablanca in memoriam -Cienfuegos/77-.
 
Interzonal de Moscú 1982 contra el
 ex-campeón del mundo GM M. Tal
 
Encabezó el equipo cubano en Campeonatos Mundiales Estudiantiles y en varias Olimpíadas Mundiales, obteniendo el segundo mejor resultado en el primer tablero en la Olimpíada de Lucerna en 1982, lo que le valió para su inclusión entre los diez mejores deportistas de Cuba de ese año.
 
Guillermito fue también la estrella que más brilló en el espacio ajedrecístico de Santa Clara, cuna tradicional de excelentes jugadores de Ajedrez; formó junto a sus amigos los Maestros Internacionales, José de Jesús Hernández y Ciro Angel Fernández, un trío inseparable que derrochaban calidad ajedrecística y humana en los diversos eventos en que participaban.
 
Su último Torneo fue el Campeonato de Cuba de 1990 celebrado en Santiago de Cuba, en el cual convivió gran parte del mismo junto a su hijo Guillermito que apenas tenía unos años de edad. ¿Quién iba a suponer entonces que ese evento sería su despedida definitiva del hijo amado al que no vería más? Precisamente en su visita a la Comisión Nacional de Ajedrez el día 25 por la tarde, ocupó parte de su tiempo en conversar por teléfono con su hijo, residente entonces en la ciudad de Bayamo. Esa tarde se veía afectado emocionalmente porque desde unos días antes conocía que el oportunismo y la mediocridad se habían juntado para enjuiciar negativamente su desempeño en el Campeonato Nacional, donde empató sus once partidas y aunque su muerte fue un accidente, factores objetivos intervinieron en el estado de ánimo que lo impulsó a manejar de forma inusual de madrugada y que derivó en el fatal acontecimiento.  
 
Río de Janeiro 1979 – Guillermito vs GM Y. Balashov
 
Pero Guillermito no fue sólo un excelente jugador de Ajedrez. Fue también un gran difusor del Juego Ciencia; desde la Emisora Radio Rebelde comentaba periódicamente la actualidad ajedrecística mundial y brindaba consejos útiles a los miles de radio-oyentes. Fue además, un destacado colaborador del Boletín de Ajedrez de Radio Rebelde que con sus instructivos artículos y comentarios enriqueció el nivel ajedrecístico y cultural de los lectores de esa publicación.
 
Han pasado treinta años desde su muerte y tal parece que lo vimos ayer. Y es que Guillermito despertó una admiración y un cariño entre quienes lo conocimos que resulta imposible olvidarlo como ajedrecista y como ser humano.
 
Distinguido por su modestia, humildad y sencillez, constituyó un ejemplo a seguir para los ajedrecistas cubanos y para todos los que lo conocieron en los lugares donde dio jaques. A raíz de su muerte y durante largo tiempo, estuvieron llegando a la Federación Cubana de Ajedrez mensajes de condolencia desde muchas partes del mundo: Colombia, Portugal, Madrid, Barcelona, Ciudad de México, Suiza, etc., y es que con su carácter afable y carismático sembraba amistad por donde pasaba.
 
El día de su entierro, gran parte de la población de Santa Clara, lo acompañó con lágrimas en los ojos a pie por las calles hasta el Cementerio local en un silencio fúnebre e impresionante; digna despedida de un pueblo agradecido ante la pérdida de un ídolo. Momentos antes de levantar el féretro para su traslado final, se hicieron varias guardias de honor por familiares, amigos y ajedrecistas llegados de todo el país. Como partícipe del luctuoso acontecimiento puedo asegurar que era algo extraordinariamente triste, conmovedor e inolvidable.

Una de las formas en que se le recuerda y se le rinde homenaje a la estatura ajedrecística y humana del Guille, es con la celebración anual en Santa Clara del Torneo Internacional que lleva su nombre y del cual se han celebrado más de quince ediciones. Asimismo, en esta ciudad se inauguró recientemente el Palacio de Ajedrez Guillermo García González, hermoso y espacioso local que tiene 30 mesas de juego.

El Doctor Antonio E. Becali Garrido, entonces titular del INDER y Graciela García González, hermana de Guillermito, departen durante la ceremonia de inauguración ante la pintura que plasma la imagen del desaparecido Gran Maestro en el Palacio de Ajedrez que lleva su nombre.

 

 

 
 
 
 
 
 
 

 

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