Ajedrez dominicano – El Salvador: La debacle desmonta falacias

Nelson

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Concluyeron las competencias de ajedrez de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, El Salvador 2023, donde se destacaron principalmente los equipos de Cuba, Colombia, México y Puerto Rico.

En total participaron 16 países del área, con 4 integrantes cada uno, dos en la rama femenina y dos en la masculina. Se efectuaron dos eventos: de partidas rápidas (15 minutos más de 10 segundos de incremento por jugada) y de Blitz (tres minutos más dos segundos de incremento).

 

La éxitosa representación cubana

La zona geográfica donde está ubicada República Dominicana es ajedrecísticamente de un nivel medio; sobresale una potencia mundial como Cuba y después, en menor medida, México y Colombia. Aunque contadas excepciones han progresado en los últimos años, no ha sido así en la mayoría de los países del área, que incluye también a las islas del Caribe donde el ajedrez carece aún de un buen nivel técnico.

Gran Maestro cubano Carlos D. Albornoz, el jugador más destacado del evento con dos medallas de oro

En El Salvador los resultados de República Dominicana fueron pobres: 9no lugar en el evento de partidas rápidas en los dos sexos; lugar 15 en el Blitz femenino y 10mo en el masculino. O sea, en los 4 eventos el país quedó por debajo de la mitad. En las eliminatorias celebradas en enero, el país había finalizado en el lugar 12 en la rama femenina y en el 8vo lugar en la masculina, o sea ahora los resultados fueron inferiores.

¿La representación dominicana realizó algún entrenamiento desde enero a la fecha para aspirar a mejorar los modestos resultados de las eliminatorias?

La joven Maestra boricua, Danitza Vázquez, ahora en condición de madre, con un buen entrenamiento ha vuelto ha cosechar éxitos logrando dos medallas.

Al rendimiento de los dos equipos criollos en El Salvador se le suma los resultados de la última Olimpiada Mundial donde el equipo femenino terminó en el lugar 110 y el Open en el 88. Los resultados olímpicos y los centroamericanos son dos indicadores fundamentales para medir el nivel del ajedrez del país.

No es ocioso señalar que después de 9 años sin realizar en Quisqueya un evento internacional, de repente se organizaron el Torneo Subzonal 2021, el Torneo Zonal 2022, el torneo Pedro Henríquez Ureña in Memoriam y más recientemente el Campeonato Continental; todos a un costo de miles de dólares en gastos corrientes y premios. Sólo el Pedro Henríquez Ureña repartió alrededor de $15;000 dólares en premios a los cinco Maestros extranjeros que terminaron inobjetablemente en los cinco primeros lugares.

En este torneo se fugaron del país alrededor de 15,ooo dólares en premios

Los eventos internacionales son beneficiosos por su propia naturaleza, pero debe existir en el país organizador una base ajedrecística y una masa de talentos que puedan aprovechar las inversiones, asimismo, una capacidad técnica y administrativa comprometida con en el desarrollo del deporte.  De lo contrario el dinero se esfuma, va al mar o se lo lleva el viento.

República Dominicana es de los pocos países del área que no cuenta con una Maestra Internacional, las últimas Maestras FIDE se graduaron en el año 2014 y solo un Maestro Internacional en los últimos 12 años, producto del proyecto independiente “Ajedrez Joven RD” y ni pensar en un título Gran Maestro.

Las pobres actuaciones de nuestros representantes en el Torneo Zonal 2022, en la Olimpíada Mundial, en el Pedro Henríquez Ureña, en el Campeonato Continental y ahora en los Juegos Centroamericanos reflejan la realidad de la calidad de ajedrez nacional.  Quizás de los 16 países participantes en El Salvador, el ajedrez dominicano es quien ha recibido más apoyo en recursos y fondos en los últimos 10 años, lo que demuestra fehacientemente la estéril inversión de cientos de miles de dólares del grupo que dirige el ajedrez nacional desde el año 2010.

Los resultados hablan y las estadísticas confirman el estancamiento en que se encuentra el Juego Ciencia Dominicano, a pesar de las falacias que se publican por desconocimiento o por intereses políticos particulares.

Evidentemente los resultados distan mucho de los ingresos recibidos del sector público, del privado, de las donaciones de la FIDE y otras instituciones. Negar la manifiesta realidad es extender el estancamiento.

¿Cuándo se aceptará la realidad sin espíritu triunfalista para realizar una reingeniería en el ajedrez dominicano que transforme las debacles en éxitos y las derrotas en triunfos?

 

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