Grata visita al veterano Maestro Peña

Nelson Pinal Borges

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Comenzando el mes de agosto logré visitar una vez más al veterano Maestro Gustavo Adolfo Peña, buen amigo desde que lo conocí en el año 1968 durante la celebración en la ciudad de Matanzas, Cuba, del Tercer Campeonato Panamericano de Ajedrez, al que acudió en representación de la República Dominicana. Para entonces él contaba con 35 años y yo, que era muralista del evento, tenía unos 13 años.

Es de destacar que el distinguido Maestro fue el primer deportista quisqueyano en visitar la isla de José Martí después de los cambios políticos y sociales ocurridos en 1959. Un hecho histórico del deporte dominicano que correspondió al Juego Ciencia y personalmente a Peña.

El maestro Gustavo A. Peña – Cuba 1968

Gustavo es un ícono del ajedrez dominicano. Próximo a cumplir 91 años ha dedicado al Juego Ciencia unos 70 (un privilegio que pocos jugadores del mundo logran alcanzar) y es una gloria del deporte del país que fué Campeón nacional en 1963 y subcampeón en 1966 y 1968. También fue el representante criollo en numerosos eventos internacionales, incluyendo dos Olimpíadas Mundiales y actuó de primer tablero del equipo nacional en Tel Aviv – 1964, el bautismo de fuego de República Dominicana en esas importantes competencias por equipos.

Con el Maestro Peña - 03 agosto 2024Con el Maestro – 03 agosto 2024

Es imposible hablar de la historia del ajedrez dominicano sin señalar en primer orden a Gustavo Adolfo, quien aprendió a jugar en el año 1951 en el Club de ajedrez de la entonces Ciudad Trujillo, primer club fundado en el país, en 1940. Posteriormente, el Maestro Peña ascendió rápidamente en el olimpo ajedrecístico y ya en 1956 formó parte del equipo nacional que se enfrentó a su similar de Puerto Rico en un intercambio amistoso.

Peña y el autor de estas líneas- 2017

Persona agradable, humilde y de gran cultura, el Maestro Peña me honra con una amistad de 56 años, y siendo fiel a esas virtudes, fue un importante anfitrión y guía durante mi primera visita a Santo Domingo en 1994,  ya que cada lunes puntualmente a las 9 de la mañana pasaba por mí, para «callejear» Ciudad Nueva, la Zona Colonial y otros rincones de la capital brindándome anécdotas y fundamentos de geografía e historia sobre los sitios recorridos.

Hablar con el Maestro es conocer de primera mano todos los pormenores de su peregrinar para llegar a Cuba después de recibir un permiso especial del Presidente de la República, Doctor Joaquín Balaguer, para poder representar al país en el Campeonato Panamericano a celebrarse en la “isla comunista” y es saber sobre los detalles durante su estancia y su  presencia en el fuerte evento, donde debutó sorpresivamente derrotando a uno de los  jugadores favoritos. Asimismo, cuenta con mucha satisfacción su estadía en la ciudad de Varadero, donde fueron hospedados los participantes a esa importante competencia.

Peña participó en alrededor de 30 campeonatos nacionales y por otra parte, decenas de jóvenes fueron sus alumnos ajedrecistas en la Academia Naval de la Marina de Guerra donde trabajó durante más de 40 años como instructor del Juego Ciencia.

Con su esposa Doña Brunilda

Como un símbolo imperecedero del Juego Ciencia dominicano; a sus largos años al lado de su querida esposa Doña Brunilda de Peña,  el Maestro Gustavo Adolfo honra al ajedrez nacional y constituye una joya viviente y una enciclopedia de vida ajedrecística que las nuevas generaciones deberían imitar por su constancia como ferviente jugador activo y trabajador desprendido en bien del deporte nacional.

En mi vista, una vez más le reiteré mis deseos de que siga disfrutando de su extensa, fecunda y hermosa vida. «Honor a quien honor merece».

El Maestro  –  90 años de edad

Gustavo y Doña Brunilda

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